Las tejedoras de Cascajal han aprendido el oficio del tejido desde muy pequeñas. Es así como la señora Cedi, es una de las tantas mujeres de manos bendecidas, que hace más de 40 años inició a tejer, y con los años, ha desarrollado la destreza en sus manos y un inmenso interés por preservar este oficio. Esta ha sido su elección de vida, el sustento de su familia.